El café cura la resaca. El café no disminuye la cantidad de alcohol en el cuerpo, pero la cafeína despeja a la persona y la lleva a un estado de alerta.

El café impide la concentración. La cafeína agiliza el trabajo mental; es decir, la memoria a corto plazo y la atención.

El café espanta el sueño. El consumo moderado puede disminuir la sensación de fatiga y somnolencia, por su contenido de cafeína que actúa como estimulante del sistema nervioso.

El café no es apto para deportistas. Una taza puede ayudar a mantener el rendimiento en ejercicios de larga duración. Pero lo óptimo para todo deportista es una adecuada alimentación.

El café causa hipertensión. Todo exceso es malo, pero consumirlo moderadamente no eleva la presión. Por lo tanto, no desarrolla hipertensión.

El café daña el sistema óseo. El consumo de hasta 3 tazas de café al día no aumenta el riesgo de desarrollar fracturas u osteoporosis en aquellas personas que mantienen un consumo adecuado de calcio.

El café puede generar Parkinson. Estudios demuestran que el consumo moderado de, por el contrario, puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson.

La cafeína es adictiva. Existen personas que se autodenominan adictas al café, pero la cafeína no genera adicción, según una nota de prensa de Nestle Perú.