Casi un tercio de las muertes de niños menores de cinco años en el mundo cada año se debe a complicaciones derivadas de la neumonía y la diarrea, algo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef pretenden erradicar de aquí a 2025.

Actualmente, unos 6,9 millones de niños menores de cinco años en el mundo mueren anualmente, y de ellos, dos millones fallecen por neumonía o diarrea. En 2011, el 81% de las muertes por neumonía y el 72% por diarrea ocurrieron en niños menores de dos años. El mayor número de casos se concentra en África Subsahariana y Asia.

El nuevo Plan de Acción de la OMS y Unicef de lucha contra estas dos enfermedades, tiene como objetivo reducir antes de 2025 en un 75% el número de casos de neumonía y diarrea grave, y “la eliminación casi total de las muertes debidas a ambas enfermedades en el mismo grupo de edad”.

Con ello, en 2025 habrá menos de tres muertes por neumonía por cada mil nacimientos, y una muerte por diarrea por cada millar de recién nacidos.

Asimismo, el Plan pretende reducir en un 40% el número de casos de retraso de crecimiento en los niños menores de cinco años con respecto a 2010.

Hay muchos factores que contribuyen a que se produzcan estos dos trastornos, así que no existe una sola intervención que pueda prevenir, tratar o controlar con eficacia la neumonía o la diarrea.

El objetivo es que el 90% de los niños tenga acceso a antibióticos contra la neumonía y a las sales de rehidratación oral contra la diarrea. Actualmente, estos niveles se sitúan en el 31 y el 35% del total, respectivamente.

Asimismo, se prevé que el 50% de todos los niños menores de seis meses reciba lactancia materna exclusiva uno de los métodos de prevención más efectivos así como mejorar el acceso al agua potable y saneamiento.

Además, se pretende que el 90% de los niños menores de cinco años tenga acceso a las vacunas contra el neumococo (bacteria causante de 30% de los casos de neumonía) y a la vacuna contra el rotavirus (causante del 20% de los casos de diarrea grave).

Pero no sólo estas dos vacunas específicas contra los virus y las bacterias causantes de estas dos enfermedades son necesarias, sino que para que las dolencias no aparezcan también es preciso mantener la inmunización contra el sarampión, el Haemophilus Influenzae tipo b (Hib) y la tos ferina, cuyas complicaciones derivan en casos de diarrea y neumonía.

Para lograrlo son necesarios unos 6.000 millones de dólares adicionales al gasto actual en la lucha contra estas dos enfermedades, monto que la OMS y Unicef esperan obtener de los presupuestos nacionales así como de donaciones privadas.

Fuente: EFE