La búsqueda de un hijo puede verse obstaculizada por diversos factores. Cuándo realizar un espermograma. El camino hacia la paternidad puede estar interrumpido por una multiplicidad de factores. La fragmentación del ADN es otra de las posibilidades.

Del mismo modo, las infecciones (en muchos casos asintomáticas) pueden alterar en forma momentánea o permanente la capacidad reproductiva masculina. Un gran número de patologías puede diagnosticarse mediante un espermograma, examen del semen que arroja una clara idea de la calidad y cantidad de las células sexuales masculinas.

Se trata de “un estudio no invasivo, de fácil realización, que nos permite conocer rápidamente el estado del semen. Si al año de buscar, el bebé no llega, el varón y la mujer deben consultar con un especialista para hacerse los estudios diagnósticos que correspondan”, indicó Santiago Brugo Olmedo, director médico de Seremas y coautor de la primera fertilización realizada en la Argentina.

Por su parte, Alberto Nagelberg, expresidente de la Sociedad Argentina de Andrología e integrante del equipo de Seremas, sostuvo que el espermograma “nos permite establecer si un individuo está enfermo o se encuentra apto para fecundar, según los parámetros establecidos”.

Pero, “¿qué es normal?”, se pregunta Nagelberg. “No todos los especialistas aceptan valores internacionales para analizar casos regionales; no es lo mismo estudiar el semen de los europeos que el de los americanos. Lo correcto podría ser tomar como referencia un estudio realizado por el grupo de bioquímicos de del hospital de Clínicas en el que avalan las definiciones dadas por la OMS en 2010″, expresó.

“El problema es que el espermograma no indica ni asegura si el semen puede embarazar, solamente arroja una cantidad y calidad de espermatozoides catalogada como normal. La única validación de este examen es que efectivamente fertilice y el embarazo evolucione con normalidad”, expresó el especialista.

Precisamente, un trabajo publicado recientemente en la revista Human Reproduction, revela que un semen con calidad normal puede ser incapaz de fecundar al óvulo. Especialistas del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y de la Fundació Puigvert, identificaron una huella genética específica que permite diagnosticar casos de baja fertilidad en hombres con valores seminales normales.

Esto no sólo valdría para las parejas que buscan ayuda para tener hijos, sino también para mejorar las tasas de éxito con donantes de semen, a los que se podría realizar también la prueba genética.

Si bien la investigación puso el acento en el aspecto genético del semen, es importante reflexionar sobre los criterios de normalidad aplicados para la evaluación de la capacidad reproductiva masculina.

Para ello, los especialistas necesitan tomar en cuenta la historia clínica del paciente,valorar sus antecedentes (problemas testiculares, hormonales, cirugías, medicamentos que emplea, etc) y obtener datos más profundos acerca de las características de los espermatozoides, a través de la solicitud de por lo menos dos espermogramas con un al menos mes y medio de diferencia como mínimo para ver cuál es la tendencia y una batería de estudios adicionales según los hallazgos en cada paciente en particular.

“Este estudio (continuó Nagelberg) debe realizarse con dos a cinco días de abstinencia porque con una abstinencia inferior existe la posibilidad de tener un menor número de espermatozoides y con una mayor, los espermatozoides pueden estar deteriorados”.

La entrevista con el especialista debe incluir información sobre el estilo de vida, tipo de trabajo que realiza, datos sobre obesidad, tabaquismo o drogas. Estos factores pueden desencadenar trastornos en los espermatozoides o alteraciones hormonales que indirectamente perjudican la fertilidad.

Un varón puede tener exceso de producción de prolactina y problemas de tiroides, lo que puede provocar alteración de la producción y velocidad del movimiento de los epermatozoides.

También, “puede tener diabetes descompensada que actúe directamente sobre las células que fabrican testosterona o problemas de hormonas de hipotálamo e hipófisis que van a provocar deficiencia en la producción de testosterona y/o espermatozoides”, sintetizó Nagelberg para referirse al impacto de enfermedades generales y estilo de vida en la reproducción masculina.

Fuente: Salud 180