Para lograrlo, hay que desarrollar herramientas que nos permitan transitar por el mundo de las pérdidas con entereza, para así salir fortalecidos, con sabiduría y compasión. Hay algo que es definitivo y permanente: El cambio. Y desde nuestra no permanencia, cuesta mucho trabajo aceptarlo, por eso nos es tan difícil soltar y dejar ir.

Para comprender desde un enfoque mucho más sano lo que se requiere para dejar ir, lo que la vida nos indica que hay que soltar, es muy útil contemplar las pérdidas desde tres enfoques muy distintos, que a su vez convergen en un mismo fin: aceptar el principio de realidad y abrirnos a lo nuevo.

Es necesario aprender cómo abrirse a soltar, decir adiós y vivir el duelo con mayor sabiduría y compasión, amorosamente, para crear mayor paz interna dentro del proceso del desapego.

También hay que reconocer la gran importancia de cortar los lazos energéticos que nos unen con aquellos que requerimos soltar. Precisamente por lo difícil que es aceptar las pérdidas y salir fortalecido y en paz, cerrando los ciclos de lo que ya fue es necesario tener herramientas que nos ayuden a pasar por esos momentos tan duros, porque si uno no tiene recursos internos para manejar esto, se empantana en el sufrimiento generado por el apego.

Es necesario hacer un viaje al centro de nuestros dolores, a la luz de una serie de nuevos paradigmas para regresar con un encuadre diferente. Hay que cambiar enfoques y creencias, entender la pérdida y la muerte de una manera distinta de como la hemos manejado hasta ahora. Les dejo con esta frase de la sabiduría tibetana: “El tamaño de tu dolor es del tamaño de tu apego”. Suelta, fluye, deja ir aquello que la vida así te lo indica; será para bien.

Fuente: Salud 180

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