Perú o Bolivia emprenderán la fuga hacia las semifinales de la Copa América de Chile el próximo jueves a partir de la ciudad austral de Temuco, cuyo estadio, el Municipal Germán Becker, fue construido por presos de una penitenciaria local.

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Cerca de doscientos presidiarios trabajaron en las obras del recinto en los años sesenta y ninguno se fugó, según recordó el alcalde de Temuco, Miguel Becker, hijo del entonces alcalde Germán Becker, el impulsor de la construcción del estadio.

“Las obras se completaron en prácticamente un año. Un verdadero récord para su época”, dijo Becker.

Para ejecutar las obras tan rápido, se estableció un doble turno, los reclusos, que fueron remunerados, trabajaban por la mañana y los obreros contratados por la Alcaldía por la noche.

El estadio fue inaugurado en 1965 y el actual alcalde, entonces con cinco años de edad, todavía recuerda la ceremonia de inauguración, todo un acontecimiento para esta ciudad a 680 kilómetros al sur de Santiago.

En la ceremonia se ordenó apagar las luces. La gente prendió fósforos y encendedores. Ahora se tendría que pedir que llevasen celulares”, comentó Becker.