Gran parte del compromiso era de poder a poder, más aún cuando el marcador se puso en su momento 2 a 2 de forma transitoria.
Justamente el gol del empate del Fulham llegó en una desafortunada jugada de Vincent Kompany, quien en su intentó por despejar el balón terminó por sombrearle el mismo a su arquero y batir así su propio arco.
Posteriormente, el Manchester City se recuperaría y lograría imponerse 4 a 2 para seguir al acecho del primer lugar de la Premier League.