El Chelsea, que en el Vicente Calderón apostó por cerrar espacios en el último tramo del campo y esperar allí a los de Simeone, cambió de cara en casa y se mostró al inicio más abierto y comprometido con la posesión del balón.

Como en la ida, Mourinho confió en la inspiración de Torres ante su exequipo para el ataque, pero en esta ocasión el “Niño” no se encontraba tan solo en punta como en la ida, sino que corría resguardado por jugadores como el belga Eden Hazard, uno de los mejores futbolistas del Chelsea esta temporada, que hoy mostró su cara más gris.

Con todo, y a pesar de la ausencia de Gabi Fernández en el centro del campo, el Atlético se sentía cómodo sobre el césped y cortaba los avances del equipo inglés antes de que pudieran inquietar al portero Thibaut Courtois.

Fue el conjunto español el primero que levantó al público de sus asientos, en el minuto 5, con un disparo envenenado de Koke que se estrelló en el larguero tras superar a Mark Schwarzer, el guardameta australiano que sustituía en la meta al lesionado Petr Cech.

Otras dos llegadas de Diego Costa durante los primeros veinte minutos obligaron a extremar las precauciones al Chelsea, que sabía que un gol le obligaría a sumar dos tantos.