El primer ministro polaco, Donald Tusk, aseguró este miércoles que se tomarán todas las medidas necesarias para evitar que los aficionados violentos, a los que calificó de “idiotas”, vuelvan a causar disturbios en esta Eurocopa, tal y como sucedió el martes, en Varsovia, donde fueron detenidos cerca de 200 ultras.

Tusk explicó en rueda de prensa que la policía continúa analizando las imágenes de los incidentes que esta madrugada tuvieron lugar en las calles del centro de Varsovia, donde algunos hinchas violentos, en su mayoría polacos, se enfrentaron a los agentes con piedras y petardos.

El jefe del Gobierno polaco aseguró que los detenidos, de los cuales cerca de 160 son de nacionalidad polaca, permanecerán bajo custodia policial lo máximo posible para posibilitar su “erradicación (de las calles) durante la Eurocopa de 2012”, que finalizará el próximo 1 de julio en Kiev.

Tusk defendió la actuación de la policía en la represión de los disturbios.

Al mismo tiempo recordó que su Ejecutivo se ha propuesto acabar con la violencia en el fútbol, una lacra que afecta a la Liga polaca donde son habituales los enfrentamientos entre aficionados y con la policía, los grupos ultra de signo neonazi o los cánticos antisemitas en los estadios locales.

Ayer, martes, en Varsovia varias personas resultaron heridas de carácter leve en los enfrentamientos, incluidos diez policías.

Los primeros incidentes tuvieron lugar cuando varios miles de hinchas rusos atravesaban el puente que cruza el río Vístula hacia el estadio de Varsovia, en una marcha que también servía para conmemorar el aniversario del nacimiento de la Federación Rusa tras el fin de la Unión Soviética.

Posteriormente, durante el encuentro, se producían varios incidentes en la “fan zone”, ubicada en el centro de Varsovia, donde se calcula que hasta 100.000 personas presenciaban el choque en las pantallas gigantes instaladas.

Algunos ultras polacos habían viajado hasta Varsovia sin entrada para el partido, sólo “para demostrar su fuerza” frente a la afición rusa, aseguraron a Efe antes del partido algunos seguidores del Lódz, un equipo de una ciudad cercana a Varsovia.

El Polonia-Rusia, considerado como el partido más tenso de esta Eurocopa por las tensas relaciones que ambos países han tenido a lo largo de la historia, se saldó con un empate (1-1), lo que deja abierto el grupo A.

Polonia ha sufrido durante siglos numerosos conflictos con Rusia, lo que calentó especialmente los ánimos de la afición local, mientras que los seguidores rusos se mostraron más indiferentes a esas cuestiones históricas.

Días atrás, en el partido Rusia-República Checa, en Wroclaw, un grupo de aficionados rusos agredió brutalmente a dos empleados del estadio, que tuvieron que ser hospitalizados.