Como se sabe, el territorio español está dividido en grandes naciones, dos de ellos, el catalán y el vasco, ambos abiertamente en contra de considerarse españoles y que cada vez que hay oportunidad expresan su rechazo.

Por ejemplo, ello ocurrió en la final de la Copa del Rey del 2009 que se disputó en Valencia, que tuvo como protagonistas a los mismos Barcelona y Athletic Bilabo. Al momento de entonarse el himno de España, los miles de aficionados soltaron ensordecedoras pifias.

Ello nada gustó a los políticos, sobre todo de Madrid. A pocos días de una nueva final de la Copa del rey, algunos hasta se atrevieron a amenazar con suspender el partido en caso ocurra una silbatina.

Ello fue rechazado por opositores y hasta por los mismos jugadores, pues pesa más el derecho a expresarse de los ciudadanos.