Tras 21 días de horror, los sonidos de disparos y bombardeos cesaron momentáneamente en la Franja de , mientras los más pequeños retomaron las calles, unos para ayudar a sus familias, y otros pocos para disfrutar por unas horas de golosinas por el fin del Radamán.

Cerca de 200.000 familias han conseguido cobijo en unas 70 escuelas gestionadas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos y durante algunas horas, los más pequeños tuvieron la oportunidad de disfrutar de una fiesta del ‘Eid’ casi normal.

“Los niños juegan porque son niños y es lo que tienen que hacer. Y nosotros les dejamos pero esto es una enorme tragedia. No tenemos donde volver, no tenemos dinero ni trabajo. ¿Qué vamos a hacer, vivir aquí así toda la vida?”, se quejaba a Efe Mohmad al Nablusi, un tendero de Shahaiya, ciudad duramente castigada por los intensos y reiterados bombardeos por tierra, mar y aire del Ejército israelí.

De acuerdo a datos de la ONU, en tres semanas de ataques, Israel ha destruido más de 6.600 inmuebles civiles y viviendas, además de hospitales, mezquinas y escuelas en la Franja de Gaza, obligando a más de 250.000 personas a abandonar sus hogares.

El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon llamó a renovar la tregua humanitaria en Gaza, impulsada por la ONU y Estados Unidos.