La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA se lanzará en septiembre próximo y viajará hasta el asteroide cercano a la Tierra, conocido como Bennu, a fin obtener una muestra de la superficie y regresar a nuestro planeta con él para estudiarlo. El equipo científico buscará algo especial. Se espera que la muestra provenga de una región en donde los ‘ladrillos de la vida’ puedan ser hallados.

Para identificar estas regiones en Bennu, el equipo OSIRIS-REx equipó a la nave espacial con un instrumento que medirá las señales espectrales de los componentes mineralógicos y moleculares del asteroide, informó la en su página web.

Conocido como OVIRS, el instrumento medirá la luz visible e infrarroja cercana reflejada y emitida desde el asteroide y dividirá la luz en sus longitudes de onda, como un prisma divide la luz solar en un arcoíris.

“OVIRS es la clave en nuestra búsqueda de orgánicos en Bennu”, indicó el principal investigador de la misión OSIRIS-REx, Dante Lauretta. “En particular, dependemos de él para hallar áreas en Bennu ricas en moléculas orgánicas para identificar posibles sitios de valor científico, así como la composición general del asteroide”, agregó de acuerdo a la NASA.

OVIRS trabajará con otro instrumento del OSIRIS-REx, el llamado OTES. Mientras que el OVIRS realice el trazado del mapa del asteroide, el OTES recoge en el infrarrojo térmico. Esto permite al equipo científico hacer un mapa entero de Bennu sobre un rango de longitudes de onda que son más interesantes para los investigadores que buscan elementos orgánicos y agua, y los ayuda a seleccionar los mejores sitios para obtener una muestra.

En el espectro visible e infrarrojo, minerales y otros materiales tienen señales únicas como huellas digitales. Estas huellas permiten a los científicos identificar varios materiales orgánicos, así como carbonatos, silicatos y agua absorbida, en la superficie del asteroide, explicó la NASA.

OVIRS estará activo durante las fases claves de la misión. Mientras OSIRIS-REx se aproxime a Bennu, OVIRS podrá ver todo un hemisferio a la vez para medir cómo el espectro cambia mientras el asteroide se mueve, permitiendo a los científicos comparar las observaciones desde la Tierra con las de la nave espacial, indicó la NASA. Una vez en el asteroide, OVIRS reunirá la data espectral y creará mapas detallados de la superficie y ayudará a la selección del lugar de la muestra.

(Foto: NASA)

Utilizando la información recolectada por OVIRS y OTES, el equipo científico también estudiará el efecto Yarkovsky, o cómo la órbita de Bennu es afectada por el calentamiento y enfriamiento de la superficie en el día. El asteroide es calentado por la luz solar y re-emite radiación térmica en diferentes direcciones mientras rota, precisa la NASA. Estas emisiones térmicas asimétricas le dan a Bennu un pequeño pero estable empuje, además de cambiar la órbita cada cierto tiempo. Entender este efecto ayudará a los científicos a comprender el camino de Bennu y mejorar nuestro entendimiento sobre el efecto Yarkovsky, y mejorar nuestras predicciones sobre los movimientos de los asteroides.

Pese a sus increíbles capacidades, OVIRS es sorprendentemente económico y tiene un diseño compacto que se espera reduzca el riesgo de errores en el espacio. “Diseñamos OVIRS para que sea robusto y capaz de durar un largo tiempo en el espacio”, explicaron los investigadores a la NASA.

Es así que se espera que OVIRS logre hacer frente a las drásticas temperaturas del Cosmos. “Siempre hay desafíos que no conocemos hasta que están frente a nosotros, pero tratamos de planificar para los que conocemos”, indicaron los especialistas de la NASA sobre el diseño de este poderoso aparato.

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