En medio de las multitudinarias desde hace semanas en busca de reformas gubernamentales, el Senado de este país aprobó una nueva ley que aumentará los castigos a los condenados por corrupción.

Los delitos de este tipo serán considerados “crímenes atroces”. Quienes los cometan no tendrán beneficios de libertad condicional o amnistía. También se incrementó el castigo mínimo de tiempo en la cárcel de dos a cuatro años. La máxima sentencia se mantiene en 12 años, .

El proyecto legislativo afecta a todos los funcionarios gubernamentales que se aprovechen de sus cargos para conseguir algún beneficio o malversar fondos, así como a los individuos e instituciones que intenten sobornar a un empleado público.

La ley, propuesta inicialmente en 2011, todavía tendrá que ser ratificada por la Cámara de Diputados y por la presidenta, .

La madrugada del miércoles, los congresistas brasileños rechazaron, por presión popular, , que limitaba el poder de los fiscales federales para investigar crímenes. Según los manifestantes, esta iniciativa promovía la impunidad a los crímenes de corrupción.