La figura de wedding planner se utiliza en Estados Unidos desde hace muchos años, sin embargo en Latinoamérica aún los novios en su mayoría los que organizan la boda.

Beneficios:

Para empezar nos quitan todo el trabajo sucio, son los que se encargan de llamar a todos los proveedores y de conseguir el presupuesto que mejor se adapte a nosotros.

Podemos pedirles que se encarguen de organizar la boda desde el minuto cero, cuidando cada detalle de principio a fin; desde el diseño de la boda, la elección y reserva del lugar, la iluminación, las flores, el material necesario para todo tipo de ambiente que haya que recrear, animación, música y, por supuesto, controlan toda la logística del evento: transporte, hoteles, catering, gestión de invitados, azafatas, camareros, servicio de seguridad y hasta montaje y limpieza post evento.

Pero si sólo queremos que nos ayuden con algún tema en concreto, como puede ser el protocolo o la decoración del lugar de celebración, se centrarán sólo en eso.

Falsos mitos: Se tiene la creencia de que contratar a un especialista en organizar bodas es más caro, pero si lo pensamos bien, aparte de ahorrarnos tiempo y disgustos, consiguen precios al por mayor que nosotros como particulares nos sería imposibles de conseguir.