Más allá de las nocivas, las hay más inofensivas que, a la larga, tampoco resultan buenas para la salud física, mental, emocional o para el bolsillo. Así, hay quienes se las considera adictas al gimnasio, mientras otras no cesan de enamorarse.

Una de ellas, así de extrañas, y muy común entre las mujeres es la adicción a las compras. Existen quienes no pueden desistirse a la tentación obtener cualquier cosa que se encuentre tras una vidriera.

¿Cómo saber si eres adicta a las compras?

Existen síntomas claros para esta obsesión, entre los que encontramos comprar por horas, o hacerlo compulsivamente sin pensar. También generalmente la gente que es compradora compulsiva gasta todo el dinero, aún más de lo que tiene, y de manera regular, es decir, con cierta frecuencia.

Pero la compulsión a comprar ya no se limita solamente a los centros comerciales, sino que los adictos a las compras también pasan mucho tiempo ordenando por teléfono lo que se vende por televisión, y también frente a la computadora, comprando on-line.

Soy adicta a las compras: ¿Y ahora qué hago?

El gasto compulsivo se puede curar, y el tratamiento depende de la cantidad de tiempo en la adicción y la gravedad del estado. Dentro del tratamiento, se recomienda a las personas en recuperación hacer una lista de lo que necesitan antes de ir a comprar, respetándola a rajatabla.

Así como también se les recomienda bloquear los canales de la televisión dedicados a las ventas en línea, y los sitios de compras y ventas en Internet.

Otra pauta para superar este problema, que mayoritariamente necesita asesoramiento profesional, es siendo consciente de adquirir sólo aquello que se necesita, aunque lo que muestren las vidrieras sea realmente tentador.