A veces las “malas ideas” se convierten en una gran historia que podrás contar y de la cual siempre puedes sacar lecciones.

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1. Tener una cita con alguien que no es de tu tipo

Siempre tenemos en nuestra cabeza estereotipos de hombres que queremos como pareja, pero no siempre vamos a encontrar en la vida a alguien exactamente a lo que imaginamos en nuestro mundo imaginario y la verdad es un poco triste limitarnos. A veces la persona que menos piensas puede ser la indicada y si no lo es, al menos tienes claro que tipo de hombre definitivamente NO quieres para ti. Lo importante es que no te niegues una oportunidad.

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2. Salir cuando te sientes muy mal

Cuando estamos triste lo único que queremos es estar encerradas en nuestra casa sin que nadie perturbe nuestra paz y ganas de llorar desconsoladamente mientras comemos el tarro más grande de helado. Pero eso, además de ser un atentado contra tu salud, no hace más que ponerte peor psicológicamente. Lo mejor que puedes hacer es salir a divertirte con tus amigas y verás como las cosas empiezan a mejorar y si no, al menos

3. Una copa extra de vino

Aunque no quieras admitirlo estás plenamente consciente de lo que va a pasar cuando te termines esa copa. Puede llevarte a bailar sola o a besarte en una esquina con algún chico interesante, o en el peor de los casos: caer de frente en la acera y romperte un taco a la mitad.

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4. Ir a un viaje no organizado

Estás conversando con tus amigas y de pronto surge la idea de ir de viaje. No tienen nada planeado, pero van a la aventura y todo en ese viaje termina siendo una gran historia. No importa mucho el lugar, puede ser solo fuera de la ciudad o a otro país. Lo que realmente interesa es que digas que si y dejes que todo pase.

Cuando sea vieja y esté con mis nietos quiero tener buenas anécdotas para contarles ¿Y cómo se obtienen las buenas anécdotas? Diciendo que sí.