Arturo Hernández es un inmigrante indocumentado mexicano que ha estado viviendo cinco meses en una iglesia de Denver (Colorado), para evitar que lo deporten. Él mantiene la esperanza de que los alivios migratorios del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le permitan regularizar su situación.

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La familia del mexicano refugiado aseguró acudió a las oficinas del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) para pedir una estadía temporal en el país; sin embargo, su petición ha sido rechazada en dos oportunidades.

El mexicano aseguró que tiene miedo de salir de la iglesia por temor a que las autoridades migratorias lo detengan y lo envíen de vuelta a México, lejos de su familia, que radica desde 1999 en Estados Unidos.

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Como se sabe, el programa DAPA, anunciado por Barack Obama en 2014, regularizará la situación de aquellos inmigrantes indocumentados que han vivido en Estados Unidos más de cinco años y que tienen hijos ciudadanos o residentes permanentes.

Sin embargo, este programa fue suspendido temporalmente debido a una demanda hecha por 26 estados que alegan que el mandatario norteamericano no respetó la constitución al anunciar los alivios migratorios.

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Hernández aún mantiene la esperanza de que DAPA sea implementado, aunque reconoce que tal vez dicho programa solo pueda proteger a su esposa, ya que no está muy claro si se puede beneficiar a inmigrantes con una orden de deportación pendiente.

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