El exmilitar de élite aseguró hace un par de años que fue el encargado de asesinar al, en ese entonces, enemigo número uno de USA, . Tras la confesión se desató la polémica y ahora, ha lanzado un libro donde contó detalles de aquel operativo y cómo fueron los últimos minutos de vida del líder de Al Qaeda.

Robert O’Neill acaba de publicar sus memorias sobre el operativo en el que un grupo de Navy SEALs atacó la residencia del líder de Al Qaeda en Pakistán en 2011.

“Estamos aquí, es la casa de Bin Laden. Esto es increíble. Probablemente no vivamos, pero es histórico y voy a saborearlo”, se dijo.

El operativo Gerónimo comenzó cuando el grupo de asalto detonó con explosivos una puerta de metal, pero detrás de esta había un pared de ladrillos: era falsa.

Los soldados fueron de habitación en habitación, encontrando solo mujeres y niños pero esperando dar con Khalid Bin Laden, el hijo de 23 años de Osama.

Entonces un hombre armado con un AK-47 apareció en una escalera, en un nivel superior al del grupo, e inmediatamente se cubrió. Luego lo llamaron haciendo pasar por compañeros y lo liquidaron.

Tras varios minutos, finalmente encontraron a Osama Bin Laden en una habitación. “Era más alto y flaco de lo que me había imaginado, con la barba más corta y el cabello blanco”, describió O’Neill. Un mujer se interponía entre el SEAL y Bin Laden, pero O’Neill no dudo. Apuntó con frialdad y por encima de la mujer y disparó dos veces.

“La cabeza de Bin Laden se abrió al medio y él se cayó”, escribe. “Le disparé otra vez en la cabeza, por seguridad”, agregó.

Con sus revelaciones y ahora su libro, O’Neill, quien también participó de la operación de rescate del capitán Phillips de manos de piratas somalíes, asegura

que no busca la fama sino mostrar “el lado humano” de las personas que llevan adelante estas operaciones.

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