Mark Renton (Ewan McGregor) no es un buen tipo, pero le cae bien a la gente. Su vida en Edimburgo no pasa, se queda estancada en una sala donde la única interacción que tiene con los mejores amigos de su vida, implica un intercambio de agujas. Los amigos de Renton son jóvenes y como tales buscan su espacio e inventan su rebeldía, inconformes, como la mayoría de jóvenes del mundo, con la vida de estudios, trabajo, esposa, hijos, casa en los suburbios y televisión de pantalla plana que ha impuesto el sistema. Y Mark lo pone claro desde el momento en que se presenta, “hay quienes eligen la vida”, nos dice, “pero ¿para qué elegir todo esto si tienes a la heroína?”.

Trainspotting es una película magistralmente hecha que basa su éxito en el vertiginoso e hilarante ritmo que propone la vida de este grupo de junkies, en una Escocia de los noventas, cansada de ser vista como la colonia de los ingleses. Danny Boyle, el director, nos hace notar la dura vida que implica la búsqueda de lo más fácil. La cantidad de dilemas por las que tiene que pasar un adicto que lo único que quiere es escapar de un mundo que lo presiona y lo consume, curiosamente igual que la heroína que utiliza. Con una narración desenfadada se nos muestra un mundo totalmente distorsionado y posiblemente infeliz, pero lleno de una carga y energía que parece estar dormida mientras se pinchan, para mostrarse fascinantemente clara, en las ilusiones y dolores del síndrome de abstinencia, en las más desesperadas maneras de conseguir dinero y en el metódico y estructural ritual para dejar la adicción.

Trainspotting, joya imprescindible del cine independiente de los 90′s, se reestrenará en la Sala Arte de UVK Larcomar, a partir de este jueves 30 de mayo. A verla en pantalla grande.